La cabeza de Lavoisier

domingo, 16 de noviembre de 2008

Para los que, como yo, os suene Lavoisier pero no recordéis quién era, os cuento que fué un químico francés que vivió en el S.XVIII y al que se le considera como el padre de la química moderna.

Tampoco tiene porqué sonaros Joseph Ignace Guillotin, aunque por el apellido os imaginaréis que fué el tio que inventó la guillotina con el objetivo de que los sentenciados a muerte sufrieran lo mínimo posible, ya que hasta ese momento las decapitaciones se hacían hacha en mano en 2 ó 3 cortes...

El caso es que la guillotina cogió fama durante la revolución francesa por las decenas de miles de decapitaciones que allí tuvieron lugar. En aquella época se decía que los decapitados no morían al instante, sino que conservaban la consciencia durante cierto tiempo que iba desde los segundos hasta varios minutos. Son cientos los testimonios de la época que hablan de cabezas recien decapitadas que aún movían sus facciones, intentaban gritar o miraban al público de un lado para otro, sin comprender qué ocurría.

Como científico de la época, Lavoisier se hizo eco de aquellas historias, y quiso investigar si era cierto que la cabeza de los recién ejecutados aún conservaba cierto grado de consciencia. Pero, ¡¡oh maldita revolución!! La academia de las ciencias fué clausurada y, entre muchos otros, Lavoisier fué condenado a la guilliotina porque "la revolución no necesita de científicos"...
Se ve que Lavoisier era cabezón donde los haya, y antes de ser ejecutado contactó con uno de sus discípulos. Con toda la sangre fría del mundo, le pidió que permaneciese en primera fila durante su ejecución y que intentara acercarse todo lo posible a su cabeza, una vez ejecutada. Le aseguró que, una vez separada la cabeza de su cuerpo, si aún estaba consciente, comenzaría a parpadear. Si lo conseguía, el discípulo debería dejar constancia para que los investigadores del futuro lo supieran.
Dicho y hecho.


El 8 de Mayo de 1794, la cabeza de Lavoisier era colocada bajo la oxidada y mal afilada hoja de una guillotina en la que hoy se conoce como Plaza de la concordia de París. Segúndos más tarde, la misma cabeza caía sobre el suelo de madera y daba varias vueltas ante los ojos de su discípulo, que consiguió abrirse paso entre la multitud hasta llegar justo delante de la guillotina.
Según dejó escrito el joven aprendiz, los ojos de Lavoisier comenzaron a parpadear una vez cayó la cabeza, y no dejaron de hacerlo en aproximadamente un minuto.

¿Qué prueba esto? No tengo ni idea, pero se me encogen los huevos xD xD.
No me resulta dificil de creer que una persona pueda mantener el contacto con la realidad durante un momento, si se le separa de su cuerpo de una forma tan rápida. Hay personas con miembros amputados que han asegurado no haber notado que les faltaba el brazo o la pierna, hasta que no han pasado unos minutos después de el corte, debido a un sistema de protección que posee nuestro cerebro.

Sin cuerpo, pero con el cerebro intacto... podría ser que...

FUENTES: revista Enigmas y Wikipedia

El robo más grande de la historia de EEUU

jueves, 13 de noviembre de 2008

Me cuesta actualizar ultimamente, pero esque voy justo de tiempo.
Mi amiguilla Marietta me ha pasado un vídeo que me ha dejado con la boca abierta. He buscado información después de verlo, y haberla hayla. Como lo que cuenta el tío sea cierto... se va a armar la marimorena.

Binta y la gran idea

jueves, 6 de noviembre de 2008

Javier Fesser, que nos tiene acostumbrados a locuras como El milagro de P-Tinto o La gran aventura de Mortadelo y Filemón, dirigió este corto, nominado en los Oscar del año pasado, que os recomiendo veáis. En mi humilde opinión, debería haber ganado.
Poneos cómodos y sed receptivos, son 20 minutos que merecen la pena.



Saludos

Svern Suzuki, la niña que dijo las cosas claras

martes, 4 de noviembre de 2008

(Visto en www.fogonazos.blogspot.com)

Quería que la entrada nº 50 fuera algo que llamara la atención. De todo lo que he buscado, esto es lo que más me ha llamado la atención, así que creo que lo mejor es reproducirlo tal y como Aberrón lo ha publicado en su blog.



Era 1992, y los altos mandatarios de todo el mundo se sonrojaron en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro al escuchar las palabras de Svern Suzuki, una niña de 12 años que les puso los puntos sobre las íes con un discurso ejemplar.

Han pasado 15 años desde entonces, y la cosa no ha variado mucho...